Hay un placer difícil de definir en la mezcla de algunos sabores que, unidos en un plato, generan una sensación de bienestar que va más allá del hecho de comer. Disfrutar de una receta equilibrada, que combina los distintos matices de los alimentos hasta sacarles el mejor partido, es un verdadero arte que, afortunadamente, está al alcance de todo el que se ponga ante los fogones. Ocurre con la carne: entrecots, solomillos, chuletas, lomo alto… todas estas piezas mejoran si, además de un buen punto de cocción, se acompañan de ricas salsas a base de vino tinto, hongos o una fondue de queso.
Precisamente esta última es una opción verdaderamente rica e interesante. Al sabor sabroso de la carne se le puede unir la intensidad de una fondue de queso de oveja que casa perfectamente bien con los jugos del corte elegido. Es un plato que cada vez se realiza más y que incluso se ha convertido en un clásico en muchos hogares y locales de restauración.
Para que el resultado de la receta sea exquisito y una vez terminado solo se piense en repetir, es importante utilizar una buena receta de fondue de queso. Y es que no todo el mundo sabe cómo hacer una fondue de queso para que quede perfecta de textura y sabor.
Receta de queso fondue con un queso de oveja
La fondue es, en esencia, una crema a base de queso, por lo que se puede utilizar perfectamente como una salsa para acompañar carnes, que es el alimento con el que mejor convive.
El primer paso para realizar un buen queso fondue es seleccionar los tipos de queso más interesantes para ello. Dependerá de ciertas variables, como la textura de los mismos (siempre semicurados, mejor que curados o cremosos), el sabor, etc. Los quesos de oveja son una opción perfecta, puesto que aportan un resultado con más sabor que los quesos de leche de vaca.
Lo habitual es que la mayoría de fondues se lleven a cabo con al menos tres o cuatro variedades distintas de queso.
Una vez seleccionado, se deben introducir en un cazo y calentar a fuego medio los elementos líquidos que van a servir para integrar los quesos: puede ser un buen vino, licor de cereza, coñac o incluso leche o nata. Si se trata de un producto alcohólico, hay que esperar que el alcohol se evapore para añadir los quesos.
Estos deberán introducirse en la mezcla a trozos más bien pequeños y homogéneos para asegurar que se derretirán e integrarán con la mezcla de la mejor manera. Para ello, bajaremos el fuego a un punto que haga que el contenido del cazo no hierva, ya que es la mejor forma de que los elementos del queso se separen y se integren en una salsa homogénea.
Una vez que se ha creado la fondue, es el momento de añadir algunos aderezos como la sal, si fuese necesaria, pimienta o algunas hierbas aromáticas como el romero, que le va muy bien tanto a la carne como al queso.
El resultado se sirve junto a la carne y solo queda un último e importante paso: disfrutar de un plato exquisito, dejarse sorprender por la combinación de una buena carne con una fondue de queso de oveja.