El queso es un alimento que en su elaboración pasa por un proceso muy delicado. De la misma manera que el maestro quesero cuida en todo momento que el producto se encuentre en perfectas condiciones, los consumidores también deberíamos conocer unas pautas básicas sobre cómo conservar queso.
De ello dependerá en gran medida no solo el tiempo que podamos disfrutar de nuestro queso en óptimas condiciones, sino también de hacerlo con el mejor sabor, textura y olor y, por tanto, aprovechando al máximo todas sus propiedades organolépticas.
Así que si deseas saber cuál es la forma más apropiada para conservar queso, este artículo te resultará de gran interés.
Los puntos clave para conservar queso de oveja con todas las garantías
El queso de oveja, como cualquier otro queso, tiene unas necesidades especiales de conservación basadas en estos puntos:
La temperatura adecuada para conservar queso
Todo comienza por mantenerlo a una temperatura constante.
Lo ideal es guardarlo en el frigorífico (en la parte baja para evitar el aire del ventilador), ya que este les aporta una alta humedad, en torno al 85%, y además haciéndolo a una temperatura que oscile entre los 5 grados de mínima y los 10 grados de máxima.
Otras personas son reacias a tener el queso en la nevera porque creen que su paso por el frío afecta a sus características y prefieren mantenerlo a temperatura ambiente dentro de una campana de cristal. Esto podríamos hacerlo en los meses de invierno, pero no tanto así en los de verano, especialmente en las zonas calurosas en los que las altas temperaturas lo harían más difícil.
Al consumirlo, sácalo del frigorífico 20 minutos antes de consumirlo para atemperarlo.
La forma de envasar el queso
Que irá en función de si el queso va en una pieza completa o una cuña y de si está ya empezado o no.
Cuando se trata de una pieza completa, sin haber sido empezada, siempre y cuando la envolvamos bien con papel encerado o parafinado, como el que se emplea en las carnicerías, podremos guardarlo durante varios meses con total tranquilidad.
Sin embargo si el queso ya está empezado, la zona de corte, es decir, la superficie que está al aire, deberemos untarlo en aceite de oliva taparla por la zona del corte y tapar el queso con film transparente, pero sin tapar la corteza para que el queso pueda respirar.
Para ello también podemos hacer uso de una quesera de plástico o cristal, pero teniendo cuidado de que no haya un exceso de humedad y acabe por salir moho y malos olores al queso. En caso de que así ocurra, probablemente bastará con retirar la parte mohosa y el resto del queso se podrá consumir con total tranquilidad.
Otro método de cómo conservar el queso si son cuñas de pequeño tamaño es sumergirlo en aceite de oliva virgen extra dentro de un recipiente hermético apto para tal fin y, tenerlo de este modo a una temperatura máxima de 20ºC. Si bien, este método solo se puede usar para un queso curado o semicurado, nunca para un queso tierno. De esta manera, el queso no perderá propiedades y aumentará su sabor, especialmente si añadimos especias al aceite.
Así que ya sabes, si no quieres jugártela y te apetece disfrutar del queso en cualquier momento, con estas pequeñas pautas sobre cómo conservar queso podrás hacerlo sin tener que preocuparte.