La diferencia entre un buen plato y un plato extraordinario muchas veces viene marcada por un simple gesto, un ingrediente extra que le aporta ese último toque maestro y que le da todo el sabor que necesita, como lo hace el queso rallado.
¿Qué haríamos sin él en tantísimos platos en los que un queso gratinado puede hacernos suspirar de gusto en cada bocado? Y en los que no vale cualquier queso, sino uno que aporte un sabor inconfundible, que se funda completamente y que ligue a la perfección con el resto de los ingredientes, como lo hace siempre el queso de oveja, un experto en satisfacer a todos los paladares.
Rallar el queso de oveja en casa: ¿merece la pena?
La respuesta es rotundamente sí.
Un queso rallado a mano justo antes de utilizarlo no tiene ni punto de comparación con los quesos que se comercializan ya rallados. El porqué es claro:
- El queso ya rallado previamente pierde su sabor con el paso de las horas. Esto ocurre porque ha sido expuesto a los agentes externos. Aunque haya sido envasado rápidamente, está en contacto con un plástico, con las luces y ha sido manipulado durante el proceso de rallado, eliminándose también su protección natural, la piel.
- Su textura también es menos atractiva, ya que se apelmaza y se acaban compactando las hebras de queso dentro de la bolsa en la que va envasado, por lo que muchas veces se queda como a “pegotes”.
- Hay que consumirlo con mayor premura, puesto que va a perder sus cualidades mucho antes que una cuña de queso que vamos rallando según nuestras necesidades.
- Termina por resultar más caro, y apostando por una supuesta comodidad, también estamos encareciendo la cesta de la compra sin aportar una calidad mayor.
Por todo ello, comprar queso para rallar en casa tiene muchísimas ventajas tanto en gusto como en calidad, sabiendo en todo momento qué estamos adquiriendo exactamente y asegurándonos un sabor y una textura fundente espectacular.
Rallar queso realmente no supone más de un minuto de dedicación ni tampoco se necesitan costosos aparatos para ello; un simple rallador será la herramienta adecuada.
Los platos con queso para rallar a los que no podremos resistirnos
Si ya se nos hace la boca agua solo con pensar en un queso de oveja, estas ideas culinarias en las que se emplea el queso rallado o directamente fundido nos harán disfrutar de principio a fin:
- Una sopa de queso gratinada con queso de oveja curado, un plato sencillo pero totalmente reconfortante para los meses más fríos.
- Calabacines al horno con queso de oveja semicurado, un combo perfecto de comida saludable y sabrosa para toda la familia.
- Unos deliciosos pimientos del piquillo rellenos de bacalao cubiertos de una suave salsa de queso de oveja tierno.
Así que ya sabes, si el queso rallado forma parte de tu vida y de tu cocina, elige siempre un queso de oveja para rallar y disfruta de todo su sabor y propiedades como el primer día.