Cuando hablamos de la Ruta de Don Quijote, nos estamos refiriendo al recorrido que siguió el protagonista de la novela El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha de Miguel de Cervantes, fundamental mente por tierras manchegas.
En este artículo repasamos algunos de los principales lugares a ver en la Ruta del Quijote, incluyendo los pueblos y parajes más vistosos y característicos.
Argamasilla de Alba
El imaginario turístico y popular mantiene que Argamasilla de Alba es ese famoso lugar en La Mancha del que Miguel de Cervantes no quería acordarse en su novela. El escritor estuvo preso en la prisión de la Casa Cueva Medrano y allí gestó la primera parte de la obra.
Pero, más allá de las reminiscencias cervantinas, Argamasilla de Alba es una villa con gran legado histórico, ya que la ciudad nació bajo la protección del Castillo de Peñarroya (a unos 12 kilómetros del pueblo). Esta fortaleza fue construida por los caballeros de la Orden de Malta.
Ya de nuevo en Argamasilla (nombre ligado a la Casa de Alba) no debemos perdernos la Iglesia de San Juan Bautista y la calle Cervantes, que culmina con un espectacular mural del Quijote.
Alcázar de San Juan
Este pueblo de Ciudad Real nombró hace años a Cervantes como hijo predilecto y reivindica ser el lugar donde el escritor fue bautizado, en concreto en la Iglesia de Santa María La Mayor.
La localidad es uno de los mejores enclaves en Castilla-La Mancha para contemplar molinos de viento. Además, los visitantes también pueden saber más sobre la obra cervantina en el Museo Casa del Hidalgo y el Centro de Interpretación Cervantino.
Fuera de este ámbito, te animamos a degustar los vinos, ya que el municipio también forma parte de la Ruta del Vino de La Mancha, probar los quesos y pasear por la parte vieja de la ciudad. Allí descubrirás la Plaza de Santa María, el Palacio del Gran Prior, la parroquia de Santa Quiteria o el Convento de Santa Clara como grandes atractivos.
El Toboso
Otro pueblo que forma parte de dos grandes rutas turísticas, la del Quijote y la del Vino de La Mancha. El Toboso es muy conocido por ser el lugar de residencia de Dulcinea, el amor platónico de Don Quijote de La Mancha.
Allí se localiza la casa de Dulcinea, una típica construcción manchega del siglo XVI con útiles y aperos etnográficos de gran valor. El edificio alberga una de las mayores prensas de aceite de toda la provincia de Toledo.
Fuera de este espacio, otros puntos que merece la pena visitar son el Convento de los Trinitarios, la Iglesia de San Antonio Abad o el Convento de las Monjas Franciscanas. Y como en El Toboso todo recuerda al Quijote, no te pierdas tampoco el Museo Cervantino de la localidad.
Campo de Criptana
De Toledo volvemos hasta Ciudad Real para conocer Campo de Criptana. Si Alcázar de San Juan presume de molinos, no menos orgullo es el que pueden sentir los habitantes de este pueblo por los suyos propios.
De estos se dice que fueron verdaderamente los que inspiraron a Cervantes a recrear sus famosos gigantes. Sea como fuere, la postal con estos molinos es una de las imágenes más reconocibles de Castilla-La Mancha en todo el mundo.
Allí, en Campo de Criptana, también hay mucho que ver aparte de lo relacionado con el Quijote, pues este pueblo es la patria chica de la genial actriz Sara Montiel, un verdadero icono del cine español.
Almagro
Almagro también se cuela con mucho merecimiento en esta Ruta del Quijote. Hablamos de una localidad con un importante peso histórico y cultural para el teatro, pues en su precioso Corral de Comedias se han representado infinidad de obras y espectáculos durante cuatro siglos.
En Almagro los turistas también descubrirán su impresionante Plaza Mayor, una de las más hermosas de España. La localidad también sirvió como residencia de varios maestres de la Orden de Calatrava.
Y a todo esto hay que sumar un núcleo urbano plagado de estrechas callejuelas, con una arquitectura señorial muy cuidada y unas conexiones ferroviarias envidiables, por su cercanía a Ciudad Real.
Villanueva de los Infantes
Si en Argamasilla de Alba mantienen que su pueblo es el lugar donde Cervantes comenzó a escribir El Quijote, Villanueva de los Infantes se postula como el lugar donde vivía Don Alonso Quijano.
Así lo reveló un estudio de la Universidad Complutense integrado por diez expertos en diferentes disciplinas, tras analizar los desplazamientos y el tiempo invertido por Don Quijote y Sancho. Sin embargo, sus atractivos van mucho más allá que la vinculación a la novela cervantina.
En Villanueva de los Infantes los visitantes pueden disfrutar de un espectacular casco histórico con puntos tan destacables como la Plaza Mayor, el Ayuntamiento, la Casa Rectoral o la parroquia de San Andrés Apóstol, donde fue enterrado Francisco de Quevedo. Un pueblo que bien merece una visita y que queda a pocos kilómetros del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, también incluido en la Ruta del Quijote.
Ossa de Montiel
Para finalizar este repaso nos desplazamos hasta la provincia de Albacete, concretamente hasta Ossa de Montiel. Esta localidad alberga buena parte de las Lagunas de Ruidera. Se trata de uno de los municipios que sí aparece nombrado de manera específica en El Quijote.
Entre sus calles, los lugares más recomendables para visitar son la Plaza de la Constitución, la Iglesia de Santa María Magdalena, la fuente de Los Caños, el Museo Etnográfico o los Jardines de Nuestra Señora.
Y continuando con la tradición quijotesca, en las proximidades de Ossa de Montiel encontramos la cueva de Montesinos, que aparece en la segunda parte de la novela. Junto a esta cavidad kárstica te aconsejamos visitar la Quebrada del Toro y el Castillo de Rochafrida, actualmente en ruinas.