Considerado como uno de los libros más importantes de la literatura universal, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha es una de esas obras de arte que ha calado en el imaginario popular de generación en generación.
Desde la publicación de su primera parte en 1605, son miles las informaciones, mitos y leyendas que han rodeado a este libro y a su escritura. Repasamos algunas de las curiosidades del Quijote más llamativas y desconocidas para el público general:
Es el best seller de los best seller
El Quijote es el libro de ficción más vendido de la historia. Dejando aparte la Biblia, catecismos o el Corán, se trata del volumen que más traducciones, ediciones, reediciones y adaptaciones ha experimentado en sus más de cuatro siglos de historia.
Traducido a más de 50 idiomas, se podría considerar que la obra de Cervantes es el libro más famoso del planeta, con más de medio billón de copias vendidas.
Inspirador del surrealismo
Pese a que en el siglo XVII el concepto de surrealismo no estaba ni cerca de nacer, ya que apareció en el siglo XX, muchos artistas y escritores han identificado en la locura de Alonso Quijano una fuente inagotable de recursos para levantar una obra relacionada con el mundo de lo onírico, de lo mágico, de lo irreal.
Solo hay que ver trabajos como las ilustraciones que Salvador Dalí hizo sobre la obra de Cervantes. El pintor catalán llevó todavía más allá los disparates que Cervantes escribió en 1600 para convertirlos en imágenes muy potentes: verdaderas obras de arte inspiradas por el hidalgo.
Sancho no es el obeso que se imagina
Si se dice en voz alta «Quijote y Sancho», cualquier persona pensará en un señor mayor, barbudo y extremadamente delgado, seguido muy de cerca por un hombre moreno, de tez oscura, muy bajito y extremadamente obeso.
Pues lo cierto es que en ningún momento Cervantes describe así al fiel escudero de Alonso Quijano. Sin embargo, con el paso del tiempo, nadie es capaz de imaginar a este simpático personaje de otra manera.
¿A qué se debe esta confusión? Los expertos lo atribuyen al hecho de que en muchas partes del libro Sancho sale comiendo, además del apelativo o apellido «Panza», que tiene claras implicaciones en ese sentido.
Cervantes… ¿Un escritor intachable?
Nadie puede negar el talento de Miguel de Cervantes: fue capaz de cambiar la lengua española, tenía un riquísimo vocabulario, ideó la primera novela de ficción contemporánea… Pero no se trata de un artista impoluto, incapaz de cometer errores.
De hecho, su novela más famosa los tiene. No solo se publicó una primera edición con faltas y pequeños errores, sino que, además, la imprenta tuvo que ayudar a Cervantes y asumir el papel de editora para acortar capítulos extremadamente largos.
Incluso en las primeras ediciones se pueden encontrar errores en la trama: yelmos que se rompen y luego aparecen como nuevos, burros que son robados y luego se montan como si tal cosa… Esto se fue solventando con las posteriores ediciones.
Un maestro de la narración
Lo que sí es un auténtico acierto por parte de Cervantes es la elección de la voz narrativa. Sabemos que es muy importante en una novela, y el manco de Lepanto estuvo muy atinado al utilizar distintos narradores.
Esto, que hoy parece algo normal, era absolutamente novedoso en un contexto en el que apenas existían relatos novelados y la voz narrativa no estaba determinada. El autor elige cuatro narradores: el propio Cervantes, otro escritor de identidad desconocida, un morisco y un árabe, lo que ofrece un magnífico juego metaliterario que dota al texto de un mayor realismo.
